El joven y la mujer infiel by Garden Lady Eros Amanda

El joven y la mujer infiel by Garden Lady Eros Amanda

autor:Garden Lady Eros, Amanda
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2022-06-15T00:00:00+00:00


Cuando entraron en el coche, la lluvia había parado y la tarde volvía a iluminarse antes de apagarse del todo en el aire fresco que les puso la piel de gallina. Regresaron a las calles de la ciudad sin hablar. Greta conducía con calma, mientras Rubén se preguntaba cómo recompondría ella su aspecto antes de recoger a Teo.

4

Ahora Rubén notaba que el psiquiatra lo escuchaba de otro modo. Ya no había en su actitud esa aparente indiferencia, al hablar, las pocas veces que hablaba, el tono del doctor Romero había perdido la neutralidad habitual. El chico había logrado captar su atención. Se había convertido en un paciente interesante.

—¿No crees que la aventura con una mujer casada podría poner en peligro tus ambiciones?

—No son mis ambiciones, son las de mi padre.

—Y también las tuyas. ¿Cómo dijiste, guionista de videojuegos?

—Ella no representa ningún obstáculo. Le repito que es mi padre quien me tiene encarcelado en la prisión de sus antojos.

El médico apoyó los codos en los brazos de su asiento y unió las yemas de los dedos ante su boca.

—¿Cree que padezco complejo de Edipo, doctor? —preguntó Rubén con tono burlón.

—¿Es que esa mujer tiene la edad de tu madre o se parece a ella?

—Nooooo, tiene como diez años menos, como mínimo. Y no se parece a ella en absoluto, qué va. Mi madre es la mujer menos interesante del planeta. No, doctor, mi madre es una mujer ridícula, lo bastante ridícula como para casarse con mi padre.

—¿Y la mujer del parque? ¿También es ella ridícula por estar casada con un hombre a quien le pone los cuernos con un joven de veinte años?

Rubén negó con la cabeza.

—No hablamos de su marido. No sé nada de él, ni por qué lo engaña. A pesar de ser mucho mayor que las chicas que conozco y las novias que he tenido, ella está más llena de energía y vitalidad, como si tuviera más futuro por delante que mis amigas. No la veo desencantada con la vida y el mundo que le rodea, y, de algún modo, me hace bien, me lo contagia. Lo siento, doctor —añadió Rubén tras un suspiro—, tengo que decírselo: ella es mejor tratamiento de curación que usted.

Acodado en los brazos del sillón, el psiquiatra extendió las palmas de las manos y se encogió de hombros.

—A veces pasa —admitió.

—Creo que su marido es incapaz de ver las muchas cualidades que tiene su mujer.

—¿Y por qué crees tal cosa? ¿Te lo ha dicho ella?

—No es necesario, ella nunca habla de él. Pero, si de verdad fuese capaz de verla como yo la veo y la valorara, ¿por qué iba a querer estar con un niñato como yo?

—Puede que solo estuviera aburrida y tú aparecieras de repente, como un juguete con que espantar ese aburrimiento.

—Claro, también es posible que se trate simplemente de eso, pero no me parece una mujer así de superficial como usted pretende dibujarla.

—Yo no pretendo nada, Rubén, solo hago preguntas.

—Ella tiene sus aspiraciones, ¿sabe? Y yo la estoy animando a perseguir sus sueños.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.